Mundo twitter
21 06 2007La primera vez que oí hablar del fenómeno Twitter fue en Educastur Blog, donde un completo artículo nos daba todas sus claves a los blogfesores, a la espera de que alguien le pudiera encontrar un uso educativo a este nuevo fenómeno de la web 2.0.
En ese momento pensé lo mismo que todo el mundo, vaya tontería eso de saber lo que otros están haciendo, o mucho peor, vaya tontería poner lo que hago yo, una ciudadana de a pie con su vida corrientilla, carente de todo interés. Pero fue durante la conferencia de Xavier Belanche en la Jornada Espiral de Barcelona cuando le encontré algo gracioso a lo del Twitter: Twitter vision. Una combinación entre el SMS y el Google Maps. Ahí sí que ya se ponía un poco interesante el tema, pues una se puede pasar un ratito mirando cómo aparecen fugazmente mensajes de personas de todo el mundo en tiempo real. Parece magia. Unos dicen que se están levantando, otros que se acuestan, otros comentan lo que ponen en la tele, y claro, a los japoneses no se les entiende nada, pero usan bonitos iconos. Lo más gracioso es cuando aparece el mensaje de algún asturiano/a, pues la tierrina tira hasta para el cotilleo internáutico.
No se vayan todavía, que aún hay más. En una conferencia, Jordi Adel comentó que ya hay historias interesantes acerca de la utilidad del Twitter, como cuando él se encontraba leyéndolo y se enteró de los sucesos acontecidos en la matanza de la Universidad de Virginia, contados en primera persona por quienes los estaban vivenciando en ese mismo momento. Desde luego, los caminos de la red son inescrutables. Ver para creer.
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Voy a ser claro: me parece que Twitter, y que me perdonen los mís-TIC-os, es una pamplina como la copa de un pino. Caemos en abrazar novedades búscandole utilidades, cuando no invetándonoslas. No pasa de ser un mero entretenimiento. Por las mismas que lo defienden podría yo decir que una piedra es un enorme avance en la humanidad, porque puede darse el caso de que con ella ropa un cristal de una casa en llamas y salve a unos niños de un incendio.
Lo que más me motiva a pensar de Twitter y Second Life es lo que creo que tienen que ver son la soledad, con el engaño, con la simulación. Si me apuras hasta con Descartes: Escribo, luego existo. O soy una cosa que escribe en Twitter. Res Twitter-tans.
Me temo que avanzamos a pasos agigantados hacia la imbecilidad total. Twitter es una tontería, que da sensación de compañía, eso sí, que permite ilusionarse con que lo que a uno le pasa tiene importancia. No es nada más. Basta ya de TIC nerviosos.
Saludos Conchi.
Sintonizo bastante con tu comentario, Juanjo. Sin embargo, reconozco que puede ser divertido echarle un ojo al Twitter Vision de vez en cuando, pero como entretenimiento. Con este artículo pretendía recabar opiniones, a ver qué dice la gente sobre esto, pues yo aún no tengo muy claro cómo va.
Veo muy acertada tu explicación de las causas por las que alguien se puede ver animado a twittear. Aunque quienes tenemos cosas como webs, blogs, fotologs, etc. también escribimos a veces por motivos similares, especialmente si son artículos de carácter personal, no profesional.
A los que no somos “nativos” de las TIC, sino “inmigrantes” (creo que en mi caso ni lo uno de otro) nos puede parecer inimaginable la idea de escribir un diario on-line contando qué hemos comido, a dónde hemos ido, cuánto amamos a Funganito o lo bien que lo pasamos en no sé dónde. Pero a muchas personas les encanta escribir esas cosas, construyen así su identidad, o sus lazos sociales, no sé. Habría que profundizar sobre ello. ¿Por qué lo hacen? ¿Por qué lo hacemos?
Escribir es bueno, siempre, lo que sea. Pero el boom de twitteradictos intelectualizadores de este entretenimiento no lo soporto. Una identidad no se construye así, una red social menos. Es justo lo contrario: así se destruyen identidades que quedan definidas engañosamente, incluyendo el autoengaño del que escribe. Un blog es otra cosa, tiene otras pretensiones, se comparte otra cosa. No se democratiza la comunicación porque todos nos pongamos a decir las idioteces que nos suceden cada 10 minutos. Hablar, para no mejorar el silencio, no es comunicarse más, es hacer más ruido. Twitter llena la red de NADA, es decir, la vacía. Parece personalizarla pero en realidad la despersonaliza. Totalmente convencido: es una pamplina, sólo eso.
Juanjo, ¿le aplicarías entonces la célebre frase de Wittgenstein al twitter?
“De lo que no se puede hablar, mejor es callarse”. L. Wittgenstein.
:.)
Y “los límites del lenguaje son los límites de mi mundo”, casi que mejor ésta. ¿Y algo de Ortega? ¿Sobre la razón vital o sobre el perspectivismo? ¿Y por qué no Nietzsche? Uf, te cedo el testigo, al final esto de Twitter nos va a dar para algo como el genial trabajo que hiciste con Matrix. Venga: el reto te lo devuelvo… Twitter y…¿alguna idea filosófica?
P.D.: estamos a la vez en tu blog
(esta P.D. es una twitterada mía)
Cómo se nota que es viernes, anda que…
Podría decirse “Yo soy yo y mi yo twittero”. Para hacer un estudio completo del Twitter tendría que pensar un buen rato. Lo que me intriga más es ¿Por qué puedo pasarme diez minutos observando el T. vision? ¿Será que soy una cotilla? ¿Que mi obsesión por estudiar inglés me lleva a engancharme a cualquier cosa escrita en la lengua de Shakespeare? ¿O simplemente que es algo nuevo y en dos días me dará igual?
That’s the question.
A mi me pasa al revés, he intentado verlo 10 minutos y no lo he conseguido, parece una jaula de humanitos. No me gusta, no. Y sobre gustos hay mucho escrito, como bien sabes. Excuse me, you know.
Un enlace para que veas que no estoy sólo en lo que digo de Twitter:
http://www.google.es/search?sourceid=navclient&hl=es&ie=UTF-8&rlz=1T4GZAZ_esES223ES223&q=twitter+tonter%c3%ada
Estoy bastante de acuerdo con lo que ha dicho Juanjo, respecto a Twitter, “Escribo, luego existo”. No sé, me parece una auténtica estupidez, es simplemente una forma de decir “Eh, gente, estoy vivo”, degenerando en toda suerte de emoticonos y abreviaturas variados. En mi opinión, una estupidez sin contenido, aunque pueda tener cierta utilidad, como lo que comenta Conchi sobre Jordi Abel y la matanza de la Universidad de Virginia. La respuesta a esta “explosión” de Twitter, supongo, es simplemente el afán del individuo por salir del anonimato.
Y, ex-profesora, si tiene curiosidad por leer cosas en inglés, mejor recórrete la Wikipedia anglosajona, que igual sirve para algo ^^.
Por cierto, lo de “Res Twittertans” me ha llegado al alma.
Con tu permiso Dante: te habrá llegado a la mente, al cerebro, al alma no llega nada, porque nada llega a lo que no existe. ¿O existe? ¿Twitter lo prueba?
¡Ah Dante! Efectivamente, ya no es “cogitans”, pensar da igual, lo que importa es aparecer. Existes si pareces existir. Ya lo ves en televisión. Un saludo. (Y piensa lo de U. Eco).
A mí también me parece bastante tonto lo de tuitear (¿tontear?). Pero es como lo de chatear, msn, …Hay gente que se llena con esos vacíos. De todas formas si sirve para elevar el nivel lingüístico que se usa en esas otras dos herramientas vale la pena sustituirlas.
Por mi parte me he montado mi Twitter particular y paso de registros. En mi blog se puede tuitear con absoluta libertad. Basta con un enlace. ¡Un saludo!
http://www.lacoctelera.com/entrelilasyamapolasolvidado/post/2007/06/14/twitter-particular-nuestro-verano
¡Qué animación con el tema del Twitter!
Mira, pues yo también me lanzo:
Twitter dominguero:
Leyendo los comentarios del blog y estornudando (¡malditos ácaros, más de una hora limpiando y aún no he conseguido arrasarlos!).
“b) Tu cuerpo ya no es como el de tu infancia. CADA ÁTOMO DE ÉL, HA CAMBIADO. ¿Sigues siendo tú?”
Entiendo el mensaje, pero me gustaría comentarle al autor de esa aberración que los átomos no cambian. Si acaso las moléculas reaccionan. Pero para que cambie un átomo hace falta una reacción nuclear. Y la mayoría de los átomos que componen el cuerpo humano son estables, con una vida media del orden de millones de años.
Hola Nacho. Tienes razón en lo que dices sobre los átomos, ya me lo habían comentado. El autor del texto es Joel Marks, aunque me temo que la pregunta no la inventó él, pues la veo con frecuencia, pese a la errata.
Saludos.